Aprender jugando

El título de esta entrada corresponde a una noticia del Diario Córdoba fruto de una entrevista que me hicieron la semana pasada y que publicaban hoy. Olga Alba, la periodísta, prometió no alterar mucho el contenido, pero ya sabemos que el formato papel encorseta y limita nuestro mensaje. Por tanto, como en otras ocasiones, usaré este blog para compartirla íntegra.

PREGUNTA:

A finales de este mes el CEP de Córdoba llevará a cabo una actividad formativa bastante poco común. Cuénteme de en qué consisten los escape-rooms y break-out educativos.

RESPUESTA:

Creemos que ya deben ser muy pocos los docentes que no han oído hablar de la ludificación de propuestas educativas o de prácticas que suelen describirse con el término “gamificación”, sinónimo que, de facto, hemos adoptado del inglés.

No es esta la primera actividad que se desarrolla en nuestro CEP bajo este enfoque. Llevamos varios cursos ofertando un taller sobre “apps” para introducir el juego en clase, donde hablamos de motivación intrínseca, competición sana y retos cooperativos. Y, por supuesto, de cómo engranar las dinámicas propias de un juego con el curriculum de las diferentes materias, de forma que aprendamos jugando, porque… ¿a quién no le gusta jugar?

Taller de apps para gamificar. Noviembre de 2017.

También, el pasado curso, en el marco de la primera edición de las Jornadas de Ciencias Experimentales, llevamos a cabo nuestra primera experiencia de Escape Room Educativo aplicado a la formación del profesorado. Y aunque no fue un juego de fuga, propiamente dicho, retamos al profesorado participante a resolver un crimen en base a una serie de evidencias y poniendo en práctica sus conocimientos científicos, ya que debían realizar experimentos que les conducían a la solución del enigma. Lo hemos contado en el último número de la revista Comunicación y Pedagogía

Profesorado participante en las I Jornadas de Ciencias Experimentales. Abril 2018.

La escuela tiene que parecerse al mundo real, al entorno en el que nuestro alumnado se desenvuelve a diario. No podemos construir una burbuja partiendo de las paredes del centro educativo y mucho menos dentro de nuestras propias aulas. Con esta premisa, la innovación educativa trata de acercar las cosas que funcionan en diferentes ámbitos de nuestra sociedad a la Educación.

Desde hace unos años, hemos vivido el boom de los juegos de fuga, e incluso se habla de un nuevo modo de turismo: grupos de personas que viajan a diferentes ciudades con el propósito de participar en “escapes” que ofertan diferentes proveedores. El número de empresas dedicadas a esta modalidad de ocio en Barcelona supera las 150 y en nuestra comunidad autónoma ya son más de 90. Si algo funciona, ¿por qué no intentar sacarle partido en Educación?

El concepto Escape Room, estrictamente, corresponde con un juego inmersivo de aventura, en el que los participantes deben usar sus capacidades físicas y mentales para resolver enigmas y pruebas que conduzcan a desbloquear la puerta de salida antes de que termine un tiempo límite, normalmente 60 minutos.

Los juegos nos enganchan, nos hacen protagonistas del proceso, aumentan el compromiso de los jugadores… objetivos muy deseables en clase, sea cual sea la asignatura y la edad del alumnado. Fusionar la esencia de los juegos con la didáctica de las materias es todo un reto para los docentes y desde el CEP queremos ayudar, guiar y dar recursos para que el alumnado de nuestro ámbito disfrute del profesorado mejor formado y más actualizado.

PREGUNTA: 

La originalidad de esta formación lleva a pensar que en el ámbito de educación aquello de “renovarse o morir” se hace especialmente patente… cuénteme de dónde sale esta propuesta

RESPUESTA: 

Las innovaciones vienen a ayudar, a complementar, a mejorar, pero no a sustituir si no aportan mejora. La pizarra y la tiza, los libros, una explicación magistral, o una conferencia completamente expositiva siguen teniendo cabida y utilidad en nuestros días, como también han de tenerla el trabajo cooperativo, el aprendizaje basado en proyectos o la clase invertida.

Por lo tanto, no compartimos del todo ese discurso más propio del mundo de la moda que de la Pedagogía. Pero por otra parte, sí que creemos que hay propuestas que merece la pena probar, y si nos funcionan, adoptarlas como otro recurso más, que podremos usar cuando lo creamos idóneo para la mejora del aprendizaje de nuestro alumnado o el clima del aula.

En base a esta idea, las asesorías de formación estamos obligadas a una continua observación y actualización de tendencias, prácticas, propuestas y enfoques que pueden ser de utilidad en el mundo educativo. En 2017, en el marco de SIMO Educación, tuvimos la posibilidad de participar en un juego de fuga donde cooperamos un centenar de docentes para resolver una serie de enigmas que nos llevarían a los códigos que permitían ir abriendo las cajas y candados típicamente usados en estas propuestas. Desde ese momento tuvimos claro que queríamos dotar al profesorado de nuestro ámbito de ese recurso, y que, por tanto, organizaríamos diferentes actividades en las que se pudiera tanto vivenciar el juego como aprender a diseñarlo .

Material típico de un juego de fuga. Fuente: teachingexperiment.com

PREGUNTA: 

Desde el punto de vista educativo, ¿qué encaje tiene esta fórmula en el currículum?

RESPUESTA: 

Como con todas las propuestas que llevamos a nuestras aulas, el éxito depende en gran medida del mimo y la atención que hayamos dedicado a su preparación, también de nuestra propia experiencia.

Si las pruebas se diseñan con cuidado y esmero podemos conseguir que el alumnado tenga que mejorar su competencia para superarlas, ya se trate de resolver una ecuación, conseguir que un circuito encienda una bombilla o transcribir alguna palabra de la letra de una canción en inglés… el límite en el encaje curricular de estos juegos está en la imaginación de los docentes que los crean.

PREGUNTA: 

¿Cuénteme cómo se organiza una Escape Room? ¿Qué herramientas son necesarias para desarrollar una de estas sesiones?

RESPUESTA: 

La herramienta imprescindible es la imaginación. Todo lo demás es muy fácil de conseguir: algunas cajas, candados, rotuladores de tinta invisible, material reciclado… y herramientas digitales que nos permiten hacer cifrados, sopas de letras, crucigramas, etc. Aunque puede alcanzarse la sofisticación que se quiera, se puede empezar con muy poco.

Manuel Ángel Jiménez, asesor de formación del ámbito científico-tecnológico de Secundaria, y Alfonso Gómez, asesor de formación de Primaria, son los responsables en el CEP Córdoba de la línea estratégica vinculada al cambio educativo apoyado en las tecnologías para enseñar y aprender. Rafael Calero, profesor de Tecnología y Álvaro Molina, profesor de Matemáticas, como ponentes de este curso, serán los encargados del diseño de las pruebas.

Seguro que lo pasaremos genial a la vez que aprendemos… de eso se trata.

Noticia publicada en la versión impresa del Diario Córdoba el 16 de enero de 2019.

 

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